Murra, 27 de Mayo de 1920.
Don Juan Gregorio Colindres, Mina La Grecia.
Mi querido y amado hijo.
Ciempre que la oportunidad me
sea propicia para enbiarte desde aqui, el carino tierno y
mutuo que una madre puede embiarle a un hijo, los momentos
me son muy lisonjeros, pero aunque sea de prisa, por que la
veacion es apremiante, no hago mas de decirte que yo estoy
buena, aunque no muy buena, y por cuyo motivo deciria que no
te tardares en regresar pronto a este lugar pues yo sufro
mucho con tu aucencia, por los motivos de que yo no podre
hir a verte, por el estado de mi salud, y tu ya comprenderas
cuanta no sera mi sufrimiento, y peor ahora que ya estamos
en el invierno que los caminos se ponen tan malos y rios tan
abundantes de agua, hasi es que en vista de lo que te
manifiesto ya deciria que te binieras lo mas pronto posible,
sino quieres que yo siga sufriendo con tu separacion.
Deceo pues que te encuentres bueno, y que ninguna cosa te
detendra cuando esta carta de tu aflijida madre yegue a tus
manos.
Da mis recuerdos a Eustaquio y Juancito y
Antenor. Todos los hermanos te saludan carinosamente,
y que vengas lo mas pronto posible pues tu aucencia para
ellos no les es muy satisfactoria. Por el momento es
todo lo que te dice tu muy querida y triste madre que ancia
por tenerte a su lado.
/s/ Maria R Colindres.
P.D. Dice Timoteo que perdones la letra, pero que por
lo de prisa que va el moso es que lo hace asi, el cual te
saluda carinosamente.
Colindres.
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