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Peruvian & Spaniard walking through central america bump into the EDSN 
(1927 & 1931)
 
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A Peruvian & a Spaniard walking through Central America bump into the Sandinistas & spend time in their camps, 1927 & 1931  ||  Un peruano y un español caminando a través de Centroamérica encontrarse con los sandinistas y pasan tiempo en sus campos (1927 y 1931)

   NOTE:  This essay, with the accompanying documents, was featured in Revista de Temas Nicaragüenses No. 83 (March 2015), accessible online here:  www.temasnicas.net/rtn83.pdf, under the title "Dos caminantes continentales, dos encuentros con el General Sandino, y las dinámicas de rebelión y contrainsurgencia (1927 y 1931)".   I thank José Mejía Lacayo for his help with the translation, and Yolanda Mas Rivas, a descendent of Ramiro Mollá Sanz, for kindly providing the photograph of her ancestor, pasted onto his "Libro de Comparaciones".


   NOTA:  Este ensayo, con los documentos que lo acompañan, apareció en la Revista de Temas Nicaragüenses Nº 83 (marzo de 2015), disponible en línea aquí:  www.temasnicas.net/rtn83.pdf, bajo el título, "Dos caminantes continentales, dos encuentros con el General Sandino, y las dinámicas de rebelión y contrainsurgencia (1927 y 1931)".  Doy las gracias a José Mejía Lacayo por su ayuda con la traducción, y a Yolanda Mas Rivas, un descendiente de Ramiro Mollá Sanz, para la amabilidad de proporcionar la fotografía de su antecesor, pegado en su "Libro de Comparaciones".

     In 1929, the young Peruvian Augusto Flores published a book titled My Hike, recounting his adventure walking from Buenos Aires to New York City.  As his book tells it, in November 1927 Flores walked north along the coast of the Gulf of Nicoya in Costa Rica until entering Nicaragua, where it felt like he was entering “some tremendous armed camp.  The whole country was up in arms.  The Nationalist party, headed by Chamorro, was fighting with bands of revolutionists, among whom was the dashing young rebel chief, Sandino.”  ||  En 1929, el joven peruano Augusto Flores publicó un libro titulado Mi Hike, narrando su aventura a pie desde Buenos Aires a la ciudad de Nueva York. Como su libro dice que, en noviembre 1927 Flores caminó hacia el norte a lo largo de la costa del Golfo de Nicoya en Costa Rica hasta entrar en Nicaragua, donde se sentía como si estuviera entrando “en un campo de batalla. El país casi entero estaba en armas. El partido nacional, encabezado por el gran Chamorro, peleaba contra los revolucionarios, entre los que estaban el joven y atrevido jefe Sandino.”

     Flores walked north along the western shore of Lake Nicaragua, was detained briefly by the police in Rivas and Granada, continued northwest through Masaya, Managua, Chinandega, and then turned east and north into Las Segovias.  Before reaching Honduras, he recalled, “I was overtaken by three men on horseback who drew up beside me and looked at me suspiciously.”  The men, it turns out, were partisans of the outlaw rebel General Sandino.  Covering Flores’ eyes with a hankerchief, they escorted him to Sandino’s camp somewhere deep in the interior.  “The bandage was lifted from my eyes, and when I got through blinking and squinting, I saw that I was in a small encampment in a clearing in the forest. . . . I was led up to a young-looking man,” who turned out to be General Sandino.  It was mid-December 1927, and they were probably in Sandino’s “mountain fortress” of El Chipote.  Flores and Sandino spoke at some length and shared a meal along with Sandino’s “30 or 40 men” in the camp.  The young Peruvian stayed overnight, showed Sandino and his men his “libro de records,” and the next day continued north on his walking journey.  ||  Flores se dirigió al norte a lo largo de la orilla occidental del lago de Nicaragua, fue detenido brevemente por la policía en Rivas y Granada, continuó al noroeste a través de Masaya, Managua, Chinandega, y luego giró hacia el este y hacia el norte en Las Segovias. Antes de llegar a Honduras, recordó, “me alcanzaron tres jinetes que se acercaron mucho, creyéndome sospechoso.” Resulta que los hombres eran partidarios de los rebeldes fuera de la ley general Sandino. Cubrieron los ojos de Flores con un pañuelo, lo escoltaron hasta el campamento de Sandino en algún lugar profundo en el interior. “Me desvendaron los ojos y después de abrirlos y cerrarlos muchas veces, me acostumbré a la luz, y vi que estaba en un campo pequeño en el claro de un bosque. . . . Me llevaron hacia un joven que estaba parado,” que resultó ser el general Sandino. Fue a mediados de diciembre de 1927, y fueron probablemente en la "fortaleza de la montaña" de Sandino, El Chipote. Flores y Sandino hablaron por un buen rato y compartieron una comida junto con “como cuarenta o cincuenta hombres” de Sandino en el campamento. La joven peruano pasó la noche allí, mostró a Sandino y sus hombres su “libro de records,” y al día siguiente continuó hacia el norte en su viaje a pie.

      A Spanish-language edition of Flores’ book was published in 1931 in Barcelona, under the title De Buenos Aires a Nueva York a pie.  On March 7, 1931, the Madrid magazine Estampa published a two-page cover story, “Un día en el campamento del General Sandino,” based on Flores’ book.  The Estampa article was accompanied by seven photographs, including a facsimile of a letter from Sandino to Flores dated 3 March 1930.  The magazine's cover and two-page story are reproduced in high-resolution scans and transcribed below (JPEG files approx. 13 MB each).  I thank New York City photojournalist Scott Brennan for bringing this article in Estampa to my attention, and for emailing me a high-resolution scan from a copy he found and purchased in a used bookstore in Bogotá, Colombia, in 2010.  To my knowledge, before Mr. Brennan’s serendipitous discovery, this article had been, for all practical purposes, lost to history:  ||  Una edición en español del libro de Flores fue publicado en 1931 en Barcelona, con el título De Buenos Aires a Nueva York a pie. El 7 de marzo de 1931, la revista Estampa de Madrid publicó un artículo de portada de dos páginas, “Un día en el campamento del General Sandino,” basado en el libro de Flores. El artículo en Estampa estaba acompañado por siete fotografías, incluyendo un facsímil de una carta de Sandino a Flores de fecha 3 de marzo de 1930.  Doy las gracias al periodista fotográfico Scott Brennan de New York por traer este artículo en Estampa a mi atención, y para enviar una escaneado de alta resolución de una copia que encontró y compró en una librería en Bogotá, Colombia, en 2010. A mi mejor saber, antes del descubrimiento fortuito del señor Brennan, este artículo había sido, para todos propósitos prácticos, perdido en la historia:


Estampa, año 4, núm. 165, 7 Marzo 1931, Madrid

     

     In May 1931, two months after this Estampa article appeared, the US Office of Naval Intelligence and the Guardia Nacional de Nicaragua reported on a 46 year-old Spanish adventurer and writer named Ramiro Mollá Sanz who was on a walking journey from New York City to Buenos Aires and who claimed to be preparing a book on Sandino.   According to the US Office of Naval Intelligence, based on a May 1931 interview with Mollá Sanz, the native of Valencia, Spain departed New York “en diciembre” and entered Nicaragua in February or March 1931, taking the road from Danlí, Honduras to Las Manos and thence to Ocotal.  A group of Sandinistas under General Francisco Estrada then escorted him to Sandino’s camp deep in the interior near the headwaters of the Río Cuá, where he – like Augusto Flores some 40 months earlier – spoke at length with Sandino and had many of Sandino’s men sign his book of autographs.  Mollá Sanz reportedly spent two and a half days in Sandino’s camp (April 10-12) before continuing his journey, though he did not continue straight south.  Instead he went east down the Río Coco to Cabo Gracias a Dios, north to Caratasca, Honduras, west along the Honduran north coast, and south once more to Tegucigalpa – in effect making a big circle from Tegucigalpa and back again.  ||  En mayo de 1931, dos meses después de que apareciera el artículo en Estampa, la Oficina de Inteligencia Naval y la Guardia Nacional de Nicaragua informó sobre un aventurero y escritor español llamado Ramiro Mollá Sanz, de 46 años de edad, que iba en un viaje a pie de la ciudad de Nueva York a Buenos Aires y que afirmó estar preparando un libro sobre Sandino. De acuerdo con la Oficina de Inteligencia Naval, basado en una entrevista de mayo 1931 con Mollá Sanz, el nativo de Valencia, España partió de Nueva York “en diciembre” y entró en Nicaragua en febrero o marzo de 1931, tomando la carretera de Danlí, Honduras a Las Manos y de allí a Ocotal. Un grupo de sandinistas al mando del general Francisco Estrada lo escoltaron hasta el campamento de Sandino, profundo en el interior cerca de las cabeceras del Río Cúa, donde – como Augusto Flores unos 40 meses antes – habló largamente con Sandino y consiguió que muchos de los hombres de Sandino firmaran su libro de autógrafos. Mollá Sanz, según el informe, pasó dos días y medio en el campamento de Sandino (abril 10-12) antes de continuar su viaje, aunque que no continuó al sur en línea recta. En su lugar, fue hacia el este por el Río Coco a Cabo Gracias a Dios con la approbación de Sandino y la ayuda de los indios miskitus y sus pipantes, al norte de Caratasca, Honduras, al oeste a lo largo de la costa norte de Honduras, y al sur una vez más para Tegucigalpa – en efecto haciendo un gran círculo de Tegucigalpa y de regreso.

     This page brings together these two curious and forgotten episodes.  At one level, they are notable events in themselves and deserve to be rescued from historical oblivion.  At another level, these two encounters offer readers an interpretive challenge, suggesting some of the ways that the political and military landscape had changed in Nicaragua, for both the Sandinistas and the Marines and Guardia, the 40-some months between Flores’ encounter in December 1927 and Mollá Sanz’s encounter in February 1931.  ||  Esta página web se reúne estos dos episodios curiosos y olvidados, por dos razones principales. En un nivel, que son episodios notables en sí mismos y merecen ser rescatados del olvido histórico. En otro nivel, estos dos encuentros ofrecen a los lectores un reto interpretativo, lo que sugiere algunas de las formas en que el panorama político y militar había cambiado en Nicaragua, tanto para los sandinistas y los Marines y Guardia, en los 39 meses entre el encuentro de Flores en diciembre 1927 y el encuentro de Mollá Sanz en febrero de 1931.

     In what follows, I first present the evidence concerning both episodes, starting with the relevant excerpts from Flores’s book and the Estampa article, and then moving to the US and Guardia evidence on Ramiro Mollá Sanz.  I then offer interpretive comments on the main differences between these two episodes, and suggest some of the ways that they show how the political-military context had changed in Nicaragua, and for Sandino and his rebellion, from December 1927 to March 1931.  I thank José Mejía Lacayo, editor of Revista de Temas Nicaragüenses, for alerting me to the existence of Flores' book and saving me from the grievous error of speculating that Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz were one & the same person.  ||  En lo que sigue, primero presento las pruebas relativas a los dos episodios, comenzando con los extractos pertinentes del libro de Flores y el artículo en Estampa, y luego pasar a la evidencia militar norteamericana y de la Guardia Nacional sobre Ramiro Mollá Sanz. Luego ofrezco comentarios interpretativos sobre las diferencias principales entre estos dos episodios, y sugiero algunas de las formas que muestran cómo el contexto político-militar había cambiado en Nicaragua, y por Sandino y su rebelión, desde diciembre de 1927 a marzo de 1931.  Agradezco a José Mejía Lacayo, editor de Revista de Temas Nicaragüenses, por darme cuenta a la existencia de libro de Flores y salvarme de la grave error de especular que Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz fuesen la misma persona.

Above:  Map of the routes of Augusto Flores in late 1927 and Ramiro Mollá Sanz in early 1931.  ||  

Arriba:  Mapa de las rutas de Augusto Flores a finales de 1927 y de Ramiro Mollá Sanz a principios de 1931. 


Episode 1:  Augusto Flores Spends a Day in the Camp of Sandino, December 1927  

Episodio 1:  Augusto Flores pasa un día en el Campamento de Sandino, diciembre de 1927

     We begin with two short chapters from Augusto Flores’ 1931 book describing his entrance into Nicaragua and his encounter with General Sandino.  It was from this narrative and an interview with Flores that the Estampa article was produced.  Curiously, the book first appeared in English as My Hike in 1929 (G. P. Putnam's Sons & the Knickerbocker Press) and in Spanish two years later.  ||   Comenzamos con dos capítulos cortos del libro de 1931 de Augusto Flores que describe su entrada a Nicaragua y su encuentro con el General Sandino.  Fue a partir de esta narrativa y una entrevista con Flores que se produjo el artículo en Estampa. Curiosamente, el libro apareció por primera vez en Inglés como My Hike en 1929 (de G. P. Putnam Sons & Knickerbocker Press) y en español dos años más tarde.

Extractos de Augusto Flores, De Buenos Aires a Nueva York a pie  (Barcelona, 1931).

CAPITULO XV. EN PLENA REVOLUCIÓN.

    Voy viajando hacia el Oeste ahora. El 28 de octubre [de 1927] llegué a San José, la capital de Costa Rica.

    Allí me dieron una espléndida recepción los oficiales de los clubs de deportes y las autoridades de la ciudad. Me quedé aquí cinco días, y cuando salí, mis nuevos amigos me acompañaron hasta cuatro o cinco kilómetros, cantando muy alegres y deseándome un buen viaje.

    En mi camino por la costa del Pacífico yo había cruzado ríos llenos de lagartos; y a lo largo de la costa Norte del lago de Nicoya volví a encontrar corrían a meterse en el agua. No son muy peligrosos en tierra firme porque sus movimientos son torpes y no pueden atacar fácilmente; pero en el agua es donde están en su campo de acción. Yo tenía que cruzar grandes ríos a nado porque era el único modo de llegar a la otra orilla, y cuando lo hacía era encomendándome a Dios con todas las fuerzas de mi espíritu, porque entonces prácticamente me entregaba a los lagartos.

    En la frontera de Nicaragua pasé una noche en la choza de un mozo. Fue muy bondadoso conmigo y me dió una magnífica cena de tortillas y frijoles. Las tortillas son hechas de maíz cocido y parecen pancakes. Pero con todo y la buena cena y tal vez por ella, no pude dormir. De las montañas me llegaban el dolorido ladrar de coyotes o lobos, y no sé porque en vez de darme miedo me pusieron triste. Me sentí solo y sentí más intensamente que nunca la desaparición eterna de dos de mis compañeros y la temporal de los otros dos. Todos los puntos trágicos de mi viaje, hasta la muerte de los dos perros, se reflejó vivamente en mi memoria en aquella noche de insomnio. Hasta la madrugada no pude dormitar y cuando desperté los rayos de un sol alegre y brillante borraron los recuerdos de lo que ahora ya me parecía una pesadilla.

    Al entrar en Nicaragua creí entrar en un campo de batalla. El país casi entero estaba en armas. El partido nacional, encabezado por el gran Chamorro, peleaba contra los revolucionarios, entre los que estaban el joven y atrevido jefe Sandino. Este Sandino tiene especial aversión por los norteamericanos porque dice que son intrusos y que él no permitirá nunca la invasión americana en su país. Sandino atacaba a los soldados marinos americanos dónde y cómo podía. Pero los marinos estaban allí protegiendo la propiedad de los norteamericanos residentes; y el mismo Sandino antes trabajo en la propiedad de uno de ellos.

     Este joven jefe Sandino se había hecho en las montañas sus campamentos, considerándolos como su república. En el mes de junio pasado vino de su república a tratar de capturar la mina donde antes había trabajado. Atacó un destacamento que vino a proteger la mina, trabándose entonces una lucha casi desigual, pues los marinos yanquis estaban armados formidablemente y disponían de infinidad de aeroplanos, teniendo entonces que huir los sandinistas.

    Después de esto, la lucha de guerrillas quedó establecida.
En todas las aldeas por donde pasé se oían gritos de ‘Viva Chamorro’. Por todo el camino pasaban jinetes gritando y levantando nubes de polvo. Todos me miraban y no sé por qué, pues mi sospecha era que me observaban un poco más de lo necesario. Llegué a un rancho donde había numerosos hombres hablando y bebiendo. Tan pronto como me vieron vinieron hacia mi, me cogieron por los hombros y empezaron a empujarme de aquí para allá. Unos del grupo sacaron sus revólveres y dijeron que debían matarme. Yo no entendía nada de lo que pasaba. Se enfurecían por momentos y uno de ellos me lanzó una bofetada que, sin embargo, yo pude evadir. Dos de ellos me cogieron de los brazos y el resto se retiró a deliberar sobre mi suerte.

    Y en este momento, como mandaba por Dios, una pareja de policías montados llego y preguntó lo que pasaba. Mis valientes opresores me soltaron y comenzaron a tartamudear. Uno de los policías, volviéndose a mi, dijo:

    Usted no parece revolucionario, ¿Quién es usted?

    Yo le dije quién era, y haciendo un gesto de comprensión, añadió:

    —Bueno, quítese ese pañuelo colorado del cuello, porque es el color de Sandino y estos hombres lo han tomado por un revolucionario.

    Me pobre pañuelo había sido la causa de todo.

    Me lo quité y seguí mi camino en paz. Después supe que mis dos policías salvadores andaban en una inspección de licores. Chamorro llegaría a San Juan del Sur en la mañana y cuando una gloria del país llega a algún lugar se prohíbe el licor para evitar los pleitos que se suscitan.

    Yo también llegué a San Juan del Sur aquella mañana y encontré al pueblo excitadísimo. Cada uno celebraba algo y yo no vi señas de la prohibición. Todas las calles estaban engalanadas con banderas de los conservadores, a causa de una elección próxima. Pasaron el día esperando y llegó la noche, y ellos todavía esperando: gritaron y hablaron de política toda la noche, y yo sin poder dormir.

    A la mañana siguiente salí del lugar y dejé a San Juan del Sur esperando todavía.

    Desde las afueras de la ciudad y a lo largo del camino había policías montados que me detenían, veían mis papeles y tomaban mi nombre. Eran guardianes contra la posibilidad de que un hombre de Sandino viniera a matar a Chamorro. A veces tenía que argüir con ellos y hasta que no enseñaba mi libro con los sellos, nombres y firmas de los lugares por donde había pasado, no me dejaban continuar.

    En la ciudad de Rivas me encerraron en una estación de policía para investigarme. Cuando Salí encontré un grupo de marinos americanos que me dejaron dormir en sus barracas. Era este un alegre grupo de muchachos de buena apariencia con sus limpios uniformes y a los que no les importaba un comino ni la celebración ni la revolución.

    A las cuatro de la tarde siguiente el gran Chamorro llegó a esta ciudad. El espesísimo polvo y la aglomeración de gente me impidieron verle. Pasó veloz por las calles hasta llegar a una casa donde le esperaba un banquete. A algunos de sus aliados se les metió en la cabeza la idea de llamar a todas las casas de los opositores de Chamorro y decirles a gritos que salieron a ver al ‘terror’, el magnífico Chamorro.

    A las cinco de la mañana siguiente, el ‘terror’ , salió para la capital.

    Seguí caminando hacia el Norte y cerca de la orilla del gran lago Nicaragua, que tiene más de cien millas de largo y cuarenta de ancho.

    El dulce murmullo de sus olas era quieto y suave: ¡qué bien me hizo, después de todo el tiroteo y la loca algazara que dejaba detrás!

    Por la noche se levantó una brisa fresca y empezó a lloviznar; el ancho lago se enfureció de repente hasta que el sol brilló de nuevo, disipó su enojo y lo alumbró con un bellísimo reflejo rojo.

    A la caída de la tarde, llegué a Granada, la tercera ciudad de importancia de Nicaragua. La policía juzgó por mis pantalones cortos y mis botas que yo seguramente era uno de los hombres de Sandino, y me retuvo una hora larga investigándome. Cuando me dejaron salir alquilé un cuartito barato donde dormí hasta el mediodía siguiente.

    No me gustó Granada. Es caliente, sus calles son malísimas y en ellas se levantan verdaderas nubes de polvo. El que se para en una de ellas en el momento en que circula un carruaje tirado por caballos, queda cubierto literalmente de polvo como si hubiera sido sumergido en él.

    Allí pude descansar toda aquella tarde y noche.

    Siguiendo por los rieles del ferrocarril que ardían bajos los rayos del sol, llegué a Masaya en la tarde del 1.° de diciembre de 1927. Aquí la gente me esperaba. Empezaron a formarse grupos entusiastas a mi alrededor, y en esto llegó un policía y con la mayor insolencia comenzó a gritar y tronar un chicote a derecha e izquierda. Alzando la voz imperiosamente me preguntó quién era yo y si creía que era un héroe. Entonces arrancó la bandera que yo llevaba en mi mochilla y que decía: ‘Caminando de Buenos Aires a Nueva York’, y la arrojó al suelo. La gente que me rodeaba vio la injusticia con que me estaba tratando el policía ignorante y comenzó a murmurar y a protestar. El policía comprendió que no era allí su lugar y departió tratando de aparecer como si nada hubiera pasado.

    Aquí había más marinos norteamericanos estacionados. Y como yo visité sus barracas a la hora de la comida, me invitaron a una buena cena. No podíamos entendernos muy bien, pero nos divertimos y reímos mucho. Ellos trataron de darme valor para continuar mi viaje y cuando la noche llegó no me dejaron partir, sino que me hiceron dormir allí en un delicioso catre.

CAPITULO XV1. CAPTURADO POR UN CABECILLA REBELDE.

    Al día siguiente llegué a Managua, la capital de Nicaragua. Seguí los rieles del ferrocarril que siempre ardían en aquellos cálidos climas; y aquí creí que me moría de sed. La primera cosa que hice al llegar a Managua fue ordenar una bebida bien fría; pero no gocé al tomarla, porque inmediatamente perdí el conocimiento. Cuando volví en sí estaba en una casa extraña, y un caballero trataba de reanimarme.
Cuando me sentí bien y después de dar las gracias al bondadoso dueño, salí de la casa y fui en busca del alcalde para que firmara mi libro. Cuando yo buscaba el camino, un hombre de apariencia misteriosa, vino hacia mí, y me dijo:

    —¿Quién es usted y por qué lleva ese letrero a la espalda?

    Y sin darme tiempo para hablar, me arrestó y me llevó a la estación de policía. Examinaron mis papeles y me dejaron seguir; pero yo tuve la satisfacción de oír al jefe dar una buena regañada al estúpido policía que me había detenido. El policía contestó que yo le parecía espía y que aún ahora no estaba seguro de que no lo fuera. Si todas estas cosas no fueran tan ridículas y risibles, serían trágicas.

    Quiso la casualidad que yo llegará a Managua en un día de fiesta religiosa. Es costumbre que cualquiera de las personas principales de la ciudad haga un altar en su casa para la Virgen Santísima, a la que rodea de toda clase de frutas y dulces. Los invitados llegan y después de cantar unos himnos muy bonitos el dueño de la casa pregunta:

    —¿Quién es el que canta tanta alegría?

    Y todos responden:

    —Es el corazón de María.

    Entonces el canto cesa y los invitados empiezan a comer y bailar. Y así van de casa en casa. A mí me pareció una costumbre muy alegre y conmovedora.

    Después de salir de la capital seguí caminando a lo largo de la playa del lago Managua, otro gran lago que tiene como cincuenta kilómetros de largo. Muchos de los habitantes de estas playas son pescadores que hacen el negocio de venderles pescado a los pasajeros de los trenes. El pescado es frito y se come un una salsa de chile y tortillas que sabe deliciosamente.

    Chinandega está en ruinas; las casas están o caídas o quemadas: resultado de las revoluciones. La gente es triste y como indiferente. Hasta el teatro está sin techo. Sin poderlo evitar, me sentí filósofo y pensé que todas estas tragedias, todos estos dolores, no tienen razón de ser.

    Desde aquí pasé por campos desolados; los ranchos abandonados y la hierba salvaje cubre un terreno que debía estar produciendo riqueza en vez de miseria. Yo dormí una noche en una de estas casas deshabitadas: ruidos de caballos galopando y gritos de hombres que pasaban me despertaron; probablemente un grupo de salvadores de la patria.

    Un día, como a las tres de la tarde, me alcanzaron tres jinetes que se acercaron mucho, creyéndome sospechoso. No eran soldados regulares. Llevaban las mangas de la camisa arremangadas hasta el codo y no se habían afeitado en semanas. Pero llevaban grandes revólveres y cinchos con balas a la cintura.

    Uno de ellos desmontó y por millonésima vez oí la misma pregunta: —¿Quién es usted? —Y cuando yo le dije quién era, contestó: ‘Oh, si, ya se quién es usted; pero de todos modos tendrá que venir conmigo al ver al jefe’.

    Una sospecha tuve: ¿me llevarán ante la presencia de Sandino? No sabía si alegrarme o sentir alarma. Yo creo que más me alegré. Pero no me gustaron las precauciones que tomaron; me vendaron los ojos y me hicieron subir a la grupa de uno de los jinetes. Sentí que subíamos y bajábamos colinas, cruzábamos hondonadas y riachuelos. La caminata me pareció interminable. Los hombres no fueron rudos conmigo, y casi no me hablaron.

    Por fin oí voces de alto. Nuestros caballos hicieron alto y a mí me bajaron, me desvendaron los ojos y después de abrirlos y cerrarlos muchas veces, me acostumbré a la luz, y vi que estaba en un campo pequeño en el claro de un bosque. Había diez o doce tiendas de campaña muy cerca una de la otra, y como cuarenta o cincuenta hombres sentados o haciendo algo con las manos.

    Me llevaron hacia un joven que estaba parado, con los pies separados, los brazos cruzados sobre el pecho y mirándome con ojos penetrantes. Llevaba pantalones de caqui, polainas y la camisa abierta por delante; un gran revólver pendía de su cintura.

    Después de unos instantes me preguntó amablemente: —¿Qué pasa, jovencito? ¿Por qué le han traído aquí?

    El tono de su voz me dijo que no tenía yo nada que temer. Era difícil creer que éste era el terrible, el sanguinario Sandino; el hombre que todos creen un asesino y un bandido. Era de mediana estatura, delgado y tenía la expresión más amistosa del mundo.

    E inmediatamente me sentí en mi casa. Le conté todo lo que pude de mí y de mi viaje, le enseñé mi tesoro, mi libro de records y mis papeles. El me escuchó con verdadero interés, y de repente me preguntó: —¿Ha oído usted hablar del sangriento revolucionario Sandino? — Cuando vio que su pregunta me embarazaba, prosiguió: —Bueno, pues yo soy Sandino; pero no soy lo que la gente dice que soy; todo lo que yo quiero es la libertad de mi país, libre de la invasión extranjera; yo quiero que usted recuerde esto, y que así lo haga saber al mundo.

    Era imposible dudar de la sinceridad de sus palabras; sus ojos, su semblante entero tenían el reflejo de la sinceridad.

    Después ordenó a uno de sus hombres que abriera unas latas de conservas y todos, incluyendo Sandino, nos sentamos a comer. Hablamos un poco más, y finalmente, se retiró a consultar con algunos de sus subordinados. El resto me rodeó y escuchó interesado algunas de mis aventuras. Cuando llegó la hora de retirarse, me dieron unas frazadas y me señalaron un lugar para dormir.

    ¡Dormir! No cerré los ojos en toda la noche, por la emoción de estar tan cerca de Sandino.

    Casi a la madrugada del día siguiente, el 15 de diciembre, Sandino me llamó y ordenó a dos de sus hombres que me guiaran a un lugar de donde yo pudiera seguir fácilmente. El me acompañó por breves momentos, y estrechando mi mano cordialmente, me dijo: --Buena suerte, amigo mío. Recuerde que Sandino le trató bien, y recuerde también lo que le dijo.

    Le prometí que así lo haría. Mis guías me vendaron otra vez los ojos; pero ahora me dieron un caballo para mí solo. Después de un par de horas desmonte, me quitaron la venda y me indicaron la dirección que debía tomar. Los hombres se despidieron de mí y volvieron grupas en dirección opuesta. Al volverme, una nube de polvo fue todo lo que pude ver.

 

    It is instructive to compare the foregoing account to the story that appeared more than three years later in the March 1931 article in Estampa, transcribed in full below:  ||   Es instructivo comparar el relato anterior a la historia que apareció más de tres años después, en el artículo de marzo de 1931 en Estampa, que se reproduce en su totalidad a continuación:

Estampa

Año 4, núm. 165, 7 Marzo 1931, Madrid.

Un día en el campamento del general Sandino . . . El que a los yanquis odiaba.  

   He aquí un nuevo diálogo con ese muchacho, Augusto Flores, que fue, a pie, de Buenos Aires a Nueva York, perdiendo, en la marcha aventurera, un amigo, muerto por un víbora; otro, arrastrado por un torrente, y dos, inmovilizados por el paludismo. Dos muertos y dos enfermos. La tierra, para ser cruzada, hace pagar arbitrios extraordinarios.

   Vamos Rambla abajo, envueltos en el gris tumulto dominguero. Augusto Flores, enjuto y menudo, se reduce más con su voz peruana, queda y dulce.

   —Voy a editar un libro, ¿sabe?, con mis aventuritas.

   Entonces fue preguntarle por el hombre más interesante que había encontrado en sus andanzas. Víboras, fieras, indios agresivos, torrenteras homicidas, arboledas tenebrosas, acantilados, lagunas azules junto a las nieves perpetuas, todo esto es la eterna película de "Los misterios de la selva americana" o de "A través de la América secreta". Pero, ¿y el hombre? . . .

   —El hombre más interesante que encontré en mi marcha a través del continente americano, fue Sandino.

   Comenzó la narración sin un aspaviento ni una palabra enfática. En este andariego muchacho sudamericano, las hazañas del último hombre poemático de América, no toman nunca un tono de oda. Sencillamente, evoca al héroe sencillo de Nicaragua:

   —Un día, como a las tres de la tarde, después de haber dejado atrás la ciudad de Chinandega, me alcanzaron tres jinetes. Eran tres soldados de Sandino. Ni un distintivo militar. Ni uniforme, ni correajes. Las mangas de la camisa arremangadas, el rostro peludo, al cinto, cananas repletas, y dos revólveres enormes decorando sus caderas. Uno de los jinetes se desmontó, y, en tono verdaderamente simpático, me interrogó:

   —¿Quién es usted?

   —Augusto Flores; voy a pie de Buenos Aires a Nueva York.

   —Ya le conozco, por los periódicos, pero tendrá que venir con nosotros a ver al jefe.

   —¿Quién es su jefe?

   —Sandino.

   A lo largo de Nicaragua, yanquis y nicaragüenses conservadores, me habían hablado de un Sandino hosco y sanguinario, mezcla de guerrillero y de bandolero. No sabía si alegrarme o sentirme alarmado. Pero, Sandino, era, para mí, el patriota que estaba escribiendo la postrera epopeya americana y acabe alegrándome, a pesar de que me vendaron los ojos y me hicieron cabalgar a la grupa de uno de los jinetes. Sentía que subíamos y bajábamos colinas, que atravesábamos bosques, que cruzábamos hondonadas y riachuelos. De vez en cuando, me preguntaban: "¿Cómo va el muchacho?" Los caballos seguían trotando, trotando, en un trote que a mi me parecía interminable.

   —¿Y para qué estas precauciones?

   —La guerra de Sandino es de asechanzas y espionaje. En Nicaragua, todos son espías, o a favor o en contra de Sandino. Yo también podía serlo. Por fin, oí voces, descabalgamos, me desvendaron, abrí y cerré los ojos muchas veces para hacerme a la luz y vi, finalmente, que estaba en el claro de un bosque, ante diez o doce tienda de campaña y, [p. 2] entre ellas, en corros o echados, unos ochenta o cien hombres. Era el ejército de Sandino.

   —¿Y Sandino?

   —Estaba frente a una tienda, con las piernas abiertas, los brazos cruzados sobre el pecho, pantalones kaki, polainas, la camisa escotada, unos grandes ojos penetrantes y un revolver pendiente de la cintura. A pesar de todo, tenía algo de "cow-boy" americano. Me presentaron a él como al jefe, sin decirme quién era. Sandino, me miró fijamente y acabó preguntándome:

   —¿Qué le sucede, jovencito? Por qué le han traído aquí?

   Yo le conté todo, mis viajes y mis proyectos, le mostré mis fotografías y mi libro de recuerdos. El me escuchaba, interesado en el relato, y, de pronto, me interrumpió:

   —¿Ha oído usted hablar del sanguinario y revolucionario Sandino?

   Al ver mi embarazo, prosiguió:

   —Bueno, pues yo soy Sandino. Los yanquis dicen que soy un asesino y un hombre cruel. Eso es falso. Yo no soy más que un patriota que lucha, como un soldado, por la libertad de su patria. Por ella, daré mi vida. Por ella, lucharé año tras año. Dígalo así por todas las tierras que atraviese y a todos los hombres que hable.

   —Y usted, ¿qué le respondió?

   —Era imposible dudar de su sinceridad. El alma, llena de honradez y de coraje, se le salía por los ojos. El vio mi emoción y me dio un abrazo, alegre. Al fin, Sandino, era, como yo, un joven.

   —Pues, ¿cuantos años tiene Sandino?

   —Me pareció un muchacho de veinticinco años.

   —¿Nada más?

   —No creo que tenga más . . . Luego, alegremente, me invitó a cenar, abrimos unas latas de conserva, nos sentamos en corro y cenamos. Recuerdo que era una tarde suave y dorada por el oro del crepúsculo, y que, mientras ellos contaban emboscadas contra los yanquis y yo aventuras de desiertos y de selvas, me iba llenando de una emoción que podría calificar más que de "emoción de romancero", romance de reconquista, con unos soldados barbudos, amigos de los bosques y un capitán quijote, que, en aquel crepúsculo sereno, podía volver a pronunciar el discurso de las armas y de las letras.

   Augusto Flores, calla ante la evocación de aquella tarde romántica, en la tarde plebeya.

   —¿Y luego?

   —Cuando llegó la hora de retirarse, me dieron unas mantas y me señalaron una tienda para dormir. Al clarear el día, Sandino me llamó, me deseó venturas y ordenó a dos de sus hombres que me guiaran hasta un lugar desde donde pudiese seguir mi ruta. El me acompañó un trecho y estrechándome, cordial, mi mano, me dijo: "Buena suerte, muchacho; recuerde que Sandino le trato bien y recuerdos lo que le dije." Volvieron a vendarme los ojos, me dieron un caballo, trotamos unas dos horas, nos detuvimos, me desvendaron, me enseñaron la dirección, volvieron grupas y, a poco, una lejana nubecilla de polvo, es lo que restaba de la aventura habida con Sandino.

   Augusto Flores siguió hablándome del general Sandino. Le siguen sólo unos doscientos o trescientos hombres, que comen las conservas que arrebatan a los yanquis, y se municionan merced a las emboscadas. Sandino, a veces, se disfraza, habla con oficiales norteamericanos, incluso con soldados en centinela, y luego les escribe, contando y riendo sus bromas. Otras, recorre, a caballo, kilómetros y kilómetros y cae sobre un destacamento yanqui. A pesar de lo reducido de las partidas de Sandino, la desolación de la guerra se nota en Nicaragua. La ciudad de Chinandega esta en ruinas, por la batalla y el incendio. Yo, en ella, fuí a un cine que no tenía techo.

   —¿Y no ha vuelto usted a ver a Sandino?

   —Si, en Mejico. Desde allí me escribió a Nueva York. Seguramente habrá vuelto a Nicaragua, aun cuando no cuente más que con doce hombres.

   Recordamos unos versos de D'Annunzio, cuando entro en el puerto austriaco de Pola, durante la guerra: "Siamo trenta d'una sorte-trenta uno con la morte . . ." El heroísmo por la patria o por la libertad, es igual en el Adriático o en los bosques de Nicaragua. Sandino y los suyos son, también, treinta, y con la muerte, treinta y uno.

   MARIO AGUILAR

      Several significant differences mark the two accounts.  Most notably, the Estampa article effaces any mention of “el terror” Emiliano Chamorro; of the larger context of the aftermath of civil war between Liberals and Conservatives; and of Flores’ two positive encounters with the US Marines (in Rivas and Masaya).  It also does not identify the date of Flores’ encounter with Sandino, leaving readers with the impression that their meeting took place sometime near the publication of the article; as we can see, in fact the encounter took place in December 1927, more than three years before the article was published.  Finally, the photographs accompanying the Estampa article purport to show urban demonstrations in favor of Sandino, when in fact they show no such thing.  ||  Varias diferencias significativas marcan los dos relatos. En particular, el artículo en Estampa borra cualquier mención de “el terror” Emiliano Chamorro; del contexto más amplio de las secuelas de la guerra civil entre liberales y conservadores; y de dos encuentros positivos de Flores con los Marinos norteamericanos (en Rivas y Masaya). Asimismo, no se especifica nada sobre la fecha del encuentro de Flores con Sandino, dejando a los lectores con la impresión de que la reunión tuvo lugar en algún momento cerca de la publicación del artículo. De hecho, como podemos ver, el encuentro tuvo lugar en diciembre de 1927, más de tres años antes de la publicación del artículo. Por último, las fotografías que acompañan al artículo en Estampa pretenden mostrar las manifestaciones urbanas en favor de Sandino, cuando en realidad no existió tal cosa.

      We now turn to the second episode of a continental walker encountering Sandino and his troops – the curious case of Ramiro Mollá Sanz.  ||  Pasamos ahora al segundo episodio de un andador continental y su encuentro con General Sandino y su tropa – el caso curioso de Ramiro Mollá Sanz.

Episode 2.  The Wandering Spaniard Ramiro Mollá Sanz Is Escorted into Sandino’s Camp, April 1931

Episodio 2.  El viajero español Ramiro Mollá Sanz está escoltado al campamento de Sandino, abril de 1931

     In May 1931, the intelligence services of the US Marine Corps, the US Navy, and the Guardia Nacional de Nicaragua reported on a 46 year-old Spanish traveler named Ramiro Mollá Sanz, on a walking journey from New York City to Buenos Aires, who carried with him an “autograph book” and spent several days in Sandino’s camp.  Below is reproduced the text of the US Naval Intelligence report of 13 May on the Spaniard Ramiro Mollá Sanz:   ||    En mayo de 1931, los servicios de inteligencia de los U.S. Marines y la Guardia Nacional informaron sobre un viajero español de un 46 años de edad llamado Ramiro Molla Sanz, en un viaje a pie de la ciudad de Nueva York a Buenos Aires, llevado consigo un “libro de autógrafos” y pasando varios días en el campamento de Sandino. A continuación se reproduce el texto del informe de la Inteligencia Naval norteamericana del 13 de mayo sobre el español Ramiro Mollá Sanz:

ISSUED BY THE OFFICE OF NAVAL INTELLIGENCE, NAVY DEPARTMENT

ATTACHÉ'S REPORT BLANK

From:  "G"

Date:  13 May, 1931

Serial No. 38-31, File No. 108-300

Source of Information:  Reliable

Subject:  PERSONALITIES - Honduras

Personal report on RAMIRO MOLLA SANZ

Born 28 February, 1885, in Villa de Canals, Valencia, Spain, about sixty six inches of height, blue eyes, medium brown hair, high forehead, prominent roman nose, small mouth which droops at the corners.

He left New York City on 26 December, on a trip with the intentions of hiking through all the republics of North, Central and South America with Buenos Aires, Argentina as his destination. To date his pedometer registers 5,500 miles to Tegucigalpa. He stated that in the latter part of January or early part of February he arrived at Danli, Honduras, and spent a short time working on the road in that place, then he headed south into Nicaragua to the northwest of Ocotal where he met up with a group of Sandino's followers who were led by Francisco Estrada and they took him to Sandino's Cuartel General. He had a long conversation with Sandino who autographed his book of signatures which he carries.

"The coming of Ramiro Molla Sanz to our Cuartel General was not accidental --" was the first sentence which was written then continued to say that he brought greetings from their Hispano brothers. During the time which he spent in Sandino's camp, which he explained to the best of his knowledge was located near the source of the Cua river, he came into contact with Pedro Blandon, Alejandro Rivera, Juan Santos Morales who signed as secretary to General Pedro Blandon First Expeditionary General and Commander of Column #12, and General Carracas, whom he stated is a new Brigadier General who has recently joined Sandino. According to his observations they have four heavy Browning machine guns, two Lewis machine guns, two Vickers aircraft machine guns, various B.A.R.s or Thompsons, as he described them as rifles with large ammunition clips on the lower side of the gun, a number of Springfield rifles, model 1912, with rifle grenade dischargers, also a small quantity of hand grenades. He did not know the names of any of the arms but according to his description they are as listed above. He stated that Blandon's column had all of the good arms and the larger supply of ammunition and that Rivera had the larger number of followers but they were a rougher class of indian and had poor arms and hardly no ammunition, being armed with mostly old Concon, Infume and Remington rifles, which had from time to time been picked up. He went with them when they proceeded to Poteca where they all embarked in "pipantes" (dugouts) and proceeded down the Coco River to Cabo Gracias Adios where he left them as he was afraid to continue in their company.

He stated that no one in the group knew anything about Marines being withdrawn from Nicaragua or about the earthquake in Managua, further stated that the bandit jefes were unanimous in saying they would immediately go to work if the Marines were once withdrawn. He returned to Tegucigalpa via: North Coast of Honduras.

NOTE: All the bandits called Molla "brother" in their autobiographic addenda which were strongly Iberro Hispanic, and anti-American with a strong Communistic trend.

 

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Informe Personal de RAMIRO MOLLA SANZ, 13 de Mayo de 1931

EMITIDA POR LA OFICINA DE INTELIGENCIA NAVAL, DEPARTAMENTO DE NAVY. De: “G”. Fecha: 13 de mayo de 1931. Serie No. 38-31, Expediente Nº 108-300. Fuente de información: Seguro. Asunto: PERSONALIDADES – Honduras

Nacido el 28 de febrero de 1885, en Villa de Canals, Valencia, España, de unos sesenta y seis centímetros de altura, ojos azules, pelo marrón medio, la frente alta, el nariz prominente y aguileña, la boca pequeña que cae en las esquinas.

Salió de la ciudad de Nueva York el 26 de diciembre, en un viaje con la intención de caminar a pie a través de todas las repúblicas de América del Norte, América Central y América del Sur, con Buenos Aires, Argentina, como su destino. Hasta la fecha, su podómetro registra 5.500 millas a Tegucigalpa. Afirmó que en la última parte de enero o principios de febrero llegó a Danlí, Honduras, y pasó un corto tiempo de trabajo en la carretera en ese lugar, y luego se dirigió hacia el sur en Nicaragua al noroeste de Ocotal, donde se reunió con un grupo de seguidores de Sandino, que fueron dirigidos por Francisco Estrada y que lo llevó a Cuartel General de Sandino. Tuvo una larga conversación con Sandino quien autografió el libro de firmas que lleva.

“La llegada de Ramiro Molla Sanz a nuestro Cuartel General no fue por casualidad – ” fue la primera frase que escribió, luego continuó diciendo que él trajo saludos de sus hermanos Hispanos. Durante el tiempo que pasó en el campamento de Sandino, que a su mejor de su conocimiento estaba situado cerca de la fuente del río Cúa, entró en contacto con Pedro Blandón, Alejandro Rivera, Juan Santos Morales, quien firmó como secretario del General Pedro Blandón Primer General Expedicionario y Comandante de la Columna #12, y General Carracas, quien afirmó es un nuevo general de brigada que se ha unido recientemente con Sandino. Según sus observaciones, tienen cuatro ametralladores Browning, dos ametralladoras Lewis, dos ametralladoras de aviones Vickers, varios ametralladores B.A.R. o Thompson, como él describe como rifles con grandes cargadores de municiones en la parte inferior de la pistola, una serie de rifles Springfield, modelo 1912, con descargadores de granadas de rifle, también una pequeña cantidad de granadas de mano. Él no sabía los nombres de ninguna de las armas, pero de acuerdo a su descripción son las enumeradas anteriormente. Señaló que la columna de Blandón tenía todas las mejores armas y la mayor cantidades municiones, y que Rivera tenía el mayor número de seguidores, pero eran una clase más ruda de indio y tenía las armas pobres y casi sin municiones, armado con su mayoría con los rifles viejos de Concón, Infume y Remington, que de vez en cuando han recogido. Se fue con ellos cuando procedieron a Poteca donde todos ellos se embarcaron en “pipantes” (piraguas) y procedieron por el río Coco a Cabo Gracias a Dios, donde las dejó porque él tenía miedo de continuar con ellos.

Dijo que nadie en el grupo sabía nada sobre el retiro de los Marinos de Nicaragua o sobre el terremoto en Managua, declaró además que los jefes bandoleros fueron unánimes en decir que irían a trabajar de inmediato si los Marines fueran retirados una vez. Regresó a Tegucigalpa a través de la Costa Norte de Honduras.

NOTA: Todos los bandoleros llamaban a Molla “hermano” en su adenda autobiográfica que eran fuertemente Iberro [Ibero] hispana, y anti-estadounidense con una fuerte tendencia comunista.

RG127/2090/10T

      Two additional documents shed further light on the case of Ramiro Mollá Sanz.  The first is a fascinating Guardia intelligence report from Bluefields, dated 4 May 1931, titled “An intelligence report on activities of Sandino, [Pedro] Blandón, and [Adolfo] Cockburn” by Eastern Area Commander Colonel John Marston in Bluefields, transcribed below:   ||   Dos documentos adicionales arrojan más luz sobre el caso de Ramiro Mollá Sanz. El primero es un informe fascinante de la inteligencia de la Guardia de Bluefields, con fecha de 4 de mayo de 1931, titulada “Un informe de inteligencia sobre las actividades de Sandino, [Pedro] Blandón, y [Adolfo] Cockburn” por el Comandante de la Zona Oriental Coronel John Marston en Bluefields, se transcribe a continuación:

Intelligence Report, John Marston, Bluefields, 4 de Mayo de 1931.

CUARTEL GENERAL, AREA DEL ESTE.
GUARDIA NACIONAL DE NICARAGUA.
BLUEFIELDS, NICARAGUA.

4 May, 1931

From:     The Area Commander, Eastern Area.
To:       The Jefe Director, Headquarters Guardia Nacional de Nicaragua, Managua, Nicaragua.

Subject:  An intelligence report on activities of SANDINO, BLANDON, and COCKBURN.

   1. Captain C. A. Inman, G.N. Department Commander of Northern Bluefields, sent Mr. J. A. Fagot, the son of the most prominent American resident of Capo Gracias, to Bluefields to report information he had obtained when he was in Honduras, a fugitive from bandits who looted CAPE GRACIAS who were trying to capture him.

   2. Mr. J. A. Fagot is a young man, married, fairly well educated, keen, alert and intelligent, but most of the information contained herein, obtained from Mr. Fagot, is second hand, and a great amount of it is obviously the usual SANDINO propaganda. Mr. Fagot reported, substantially, the following:

Fagot met one MOLLO SANZ and had lengthy conversations with him on April 24, 1931, in Honduras. MOLLO SANZ is a Spaniard who has come to this continent to walk from New York to Buenos Aires. He a writer and is preparing a book on SANDINO. Fagot’s interview with SANZ took place in CATATASCA [CARATASCA], Honduras. SANZ stated that he had just come through Honduras through DANLI. SANZ previously passed from DANLI to SANDINO’S headquarters, exact place unrevealed, the travel involved occupying twelve days from DANLI. He arrived at the headquarters on April 10th, 1931, and spent two and one half days with SANDINO. SANDINO claimed to have seventy three military divisions, a total of five thousand men. That he was obtaining good supplies of ammunition, of German manufacture, from the pacific seaboard: that his money came from Bolshevist source; that he has an airplane landing field in Nicaragua, near CUILALI on the COCO RIVER; that several of General MONCADA’S old Generals are now coming over to enlist in SANDINO’S cause, notably General ESCAMILLA. SANDINO told SANZ that ADOLFO COCKBURN holds a commission from Sandino as a General. Fagot states that this same statement came from Webster to Abraham Martinez, (both well-known on Coco River) and to Fagot. SANDINO directed SANZ to keep an eye on BLANDON and COCKBURN and RIVERA, during the course of their operations in the COCO RIVER and near PUERTO CABEZAS; That his orders are to those jefes to kill all AMERICANS and destroy their property but to leave natives entirely alone. SANZ stated that he would communicate with SANDINO when he arrived in COSTA RICA on his way SOUTH, and that he intended to report unfavorably to SANDINO on the conduct of EAST COAST generals, especially with regard to COCKBURN and RIVERA: that those two parties have some kind of private understanding between each other, and that all of the loot and plunder captured in the raids does not reach SANDINO; that much of the stolen goods are in COCKBURN’S possession who is now selling goods in a small store on the COCO RIVER. SANDINO’S plan required BLANDON to take PUERTO CABEZAS, after which PEDRO ALTAMIRANO’S column would reinforce BLANDON, via PIS PIS-SANTA CRUZ trail; a third column would thereafter join the forces from COCO RIVER, and the entire concentration of SANDINO forces would then proceed down the EAST COAST, the RIO GRANDE DISTRICT and take BLUEFIELDS. After taking PUERTO CABEZAS, BLANDON was to report to SAKLIN and give instructions to RIVERA, who, by that time, would have taken CAPE GRACIAS. On April 28, 1931, FAGOT met NIEVAS AVAREZ, a resident of LAS, just below WASPOOK, on COCO RIVER. NIEVES AVAREZ, a known SANDINO spy, stated that reinforcements, three hundred bandits, were then proceeding down COCO RIVER. The leaser of this force was not revealed.

After Abraham RIVERA was released from prison in BLUEFIELDS, he immediately associated himself with COCKBURN, and these two parties have been in constant communication and activity, together for over one year. A long conference between these two was held, just prior to RIVERA’S raid down the COCO RIVER in JANUARY 1931. The meeting took place at SAKLIN. After the Guardia patrol had finished its observations of the SAKLIN-COCO RIVER territory, COCKBURN immediately assumed executive powers, and actually changed one of “Comandantes” on the river,- installing a negro “FRANCIS” who had been imprisoned with COCKBURN, as comandante of SAKLIN after forcing the old agent of police to leave. It was this action that caused an open break between COCKBURN and the GOVERNOR, CAPE GRACIAS.

Becoming bolder, COCKBURN called reunions of the Indians (COCKBURN is well known as the “King of the Indians on the COCO RIVER”) from ANDRES and KISALIYI districts, and made propaganda openly in favor of SANDINO. One indian, “CLELAC”, inhabitant of SOUPOUCI, told FAGOT that the COCKBURN-RIVERA bandits had ransacked his house and assaulted his wife, and went to BLANDON to protest. CLELAC asked COCKBURN “How can those men be our brothers when they do these things?” COCKBURN is alleged to have consulted with BLANDON, who told COCKBURN to promise all of the Indians, as he did, that in three days time, if all indians would come over to the railroad line, they would receive loot from PUERTO CABEZAS in ample quantity to reimburse them for any losses suffered on the COCO RIVER. COCKBURN and RIVERA were together almost constantly during the bandit raiding activities on the COCO RIVER, and COCKBURN aided them with supplies and cattle and food.

COCKBURN’S stores are the only ones on the entire lower stretch of the COCO RIVER that have never been touched in bandit raids. COCKBURN’S son “J[---]S” was recognized among the bandits that raided CAPE GRACIAS. RUFINO COLONER, a Nicaraguan resident of KLUPKI, COCO RIVER, piloted the RIVERA bandits down the river, and now has some of the supplies taken from the radio office, CAPE GRACIAS, in his house.

FAGOT states that MOLLO SANZ showed him a SANDINO’S map, whereon seventy three marks indicative of units of SANDINO forces located in various parts of NICARAGA, were inscribed. There were five such markers near MANAGUA. FAGOT attempted to obtain the map, but did not succeed.

JOHN MARSTON.

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Informe de Inteligencia, John Marston, Bluefields, 4 de Mayo de 1931.


CUARTEL GENERAL, AREA DEL ESTE.
GUARDIA NACIONAL DE NICARAGUA.
BLUEFIELDS, NICARAGUA.

4 de May de 1931

De:  El Comandante de la Área, Área Oriental.
A:   El Jefe Director, Cuartel General, Guardia Nacional de Nicaragua, Managua, Nicaragua.

Sujeto: Informe de inteligencia sobre las actividades de SANDINO, BLANDON, y COCKBURN.

1. Capitán C. A. Inman, G.N. Comandante del Departamento del Bluefields del Norte, envió a Sr. J. A. Fagot, el hijo del más prominente residente estadounidense de Cabo Gracias, a Bluefields para reportar información que había obtenido cuando estaba en Honduras, un fugitivo de los bandoleros que saquearon CABO GRACIAS, quienes intentaban a capturarlo.

2. El Sr. J. A. Fagot es un hombre joven, casado, bastante bien educado, entusiasta, alerta e inteligente, pero la mayor parte de la información contenida en el presente documento, obtenido de Mr. Fagot, es de segunda mano, y una gran cantidad de ella es, obviamente, la propaganda habitual de SANDINO. Mr. Fagot se lo informó, sustancialmente, lo siguiente:

Fagot conoció al tal MOLLO SANZ y tuvo largas conversaciones con él el 24 de abril de 1931, en Honduras. MOLLO SANZ es un español que ha venido a este continente a pie desde Nueva York a Buenos Aires. Él es escritor y está preparando un libro sobre Sandino. La entrevista de Fagot con SANZ tuvo lugar en CATATASCA [Caratasca], Honduras. SANZ declaró que acababa de llegar a de Honduras a través de Danlí. SANZ pasó previamente de DANLI a la sede de SANDINO, el lugar exacto no revelado, el viaje involucrado ocupó doce días desde DANLI. Él llegó a la sede el 10 de abril de 1931, y pasó dos días y medio con SANDINO.

SANDINO afirmó tener setenta y tres divisiones militares, un total de cinco mil hombres. Que él había obtenido un buen suministro de municiones, de fabricación alemana, desde la costa del Pacífico: que el dinero provenía de fuente bolchevique; que tiene un campo de aterrizaje de avión en Nicaragua, cerca de CUILALI en el RIO COCO; que varios de los viejos generales de general Moncada están llegando ahora para alistarse en la causa de Sandino, notablemente el general ESCAMILLA. SANDINO dijo a SANZ que ADOLFO COCKBURN tiene una comisión de Sandino como General. Fagot afirma que esta misma declaración vino de Webster a Abraham Martínez, (ambos muy conocidos en el río Coco) y a Fagot.

SANDINO instruyó a SANZ a vigilar a BLANDON y COCKBURN y RIVERA, durante el curso de sus operaciones en el RIO COCO y cerca de PUERTO CABEZAS; Que sus órdenes son que los jefes maten a todos los estadounidenses y destruir sus bienes, pero dejar a los nativos en paz. SANZ dijo que él se comunicaría con SANDINO cuando llega a COSTA RICA en su camino hacia el SUR, y que tenía la intención de informar desfavorablemente a Sandino sobre la conducta de los generales de la COSTA ESTE, especialmente con respecto a COCKBURN y RIVERA: que esos dos individuos tienen alguno tipo de entendimiento privado entre sí, y que todo el botín y pillaje capturado en las redadas no llega a Sandino; que gran parte de los objetos robados se encuentran en posesión de COCKBURN que ahora está vendiendo mercancías en una pequeña tienda en el RIO COCO.

El plan de SANDINO requiere que BLANDON tome PUERTO CABEZAS, después de lo cual la columna de PEDRO ALTAMIRANO reforzaría BLANDON través el rastro PIS PIS-SANTA CRUZ; una tercera columna saldría a partir de entonces para unirse a las fuerzas de RIO COCO, y toda la concentración de las fuerzas de SANDINO procedería entonces abajo de la COSTA ESTE, al DISTRITO DEL RIO GRANDE y tomar a BLUEFIELDS. Después de tomar a PUERTO CABEZAS, BLANDON debía informar a SAKLIN y dar instrucciones a RIVERA, quien, en ese momento, habría tomado el CABO GRACIAS. El 28 de abril de 1931, se reunió FAGOT con NIEVAS AVAREZ, residente de LAS, un poco debajo de WASPOOK, en el RIO COCO. NIEVES AVAREZ, un espía conocido de SANDINO, afirmó que los refuerzos, trescientos bandidos, habían avanzado RIO COCO abajo. El líder de esta fuerza no fue revelado.

Después de que ABRAHAM RIVERA fue liberado de la prisión en BLUEFIELDS, de inmediato se sumó a COCKBURN, y estos dos individuos han estado en comunicación y actividad constante, juntos por más de un año. Se celebró una larga reunión entre estos dos, justo antes de la redada del RIVERA RIO COCO abajo, en enero de 1931. La reunión tuvo lugar en SAKLIN. Después de la patrulla de la Guardia hubo terminado sus observaciones sobre territorio SAKLIN-RIO COCO, COCKBURN inmediatamente asumió poderes ejecutivos, y de hecho ha cambiado uno de los “comandantes” en el río, – la instalación de un negro “FRANCIS” que había sido encarcelado con COCKBURN, como comandante de SAKLIN después de obligar a la antigua agente de la policía a salir. Fue esta acción que provocó una ruptura abierta entre COCKBURN y el GOBERNADOR DE CABO GRACIAS.

Siendo más audaz, COCKBURN llamó a reuniones de los indios (COCKBURN es bien conocido como el “Rey de los indios en el RIO COCO) de los distritos de ANDRES y KISALIYI, e hizo propaganda abiertamente a favor de Sandino. Un indio, “CLELAC,” habitante de SOUPOUCI, dijo a FAGOT que los bandoleros de COCKBURN-RIVERA habían saqueado su casa y golpearon a su esposa, y fue a protestar con BLANDON. CLELAC preguntó a COCKBURN “¿Cómo pueden los hombres ser nuestros hermanos cuando hacen estas cosas?” Se alega que COCKBURN haber consultado con BLANDON, quien dijo a COCKBURN prometer a todos los indios, como lo hizo, que en tres días, si todos los indios vendría a la línea del ferrocarril, que recibirían el botín de PUERTO CABEZAS en una amplia cantidad para reembolsar por las pérdidas sufridas en el RIO COCO. COCKBURN y RIVERA estaban juntos casi constantemente durante las actividades de saqueo de los bandoleros en el RIO COCO, y COCKBURN les ayudaron con los suministros de ganado y alimentos.

Las tiendas de COCKBURN son las únicos en todo el tramo inferior del RIO COCO que nunca han sido tocados en incursiones de los bandoleros. El hijo de COCKBURN “J[---]S” fue reconocido entre los bandoleros que asaltaron al CABO GRACIAS. RUFINO COLONER, residente nicaragüense de KLUPKI, RIO COCO, pilotó a los bandoleros de RIVERA río abajo, y ahora tiene en su casa algunos de los suministros tomados de la oficina de la radio, CABO GRACIAS.

FAGOT dice que MOLLO SANZ le mostró un mapa de Sandino, sobre el cual setenta y tres marcas indicativas de las unidades de las fuerzas de Sandino ubicados en diversas partes del Nicaragua, fueron dibujadas. Había cinco de estos marcas cerca de Managua. FAGOT trató de obtener el mapa, pero no tuvo éxito.

JOHN MARSTON.

Source:  US National Archives, RG127/E43A/24, Intelligence Report of 1 June 1931, pp. 9-10.

     The final document in this case is a story on Ramiro Mollá Sanz from the Associated Press (AP) that appeared in US newspapers and dated 13 June.  Below is a transcription of the article as it appeared in the Brooklyn Eagle on 14 June:   ||   El documento final en este caso es una historia sobre Ramiro Mollá Sanz de la Associated Press (AP) que apareció en los periódicos norteamericanos con fecha de 13 de junio. A continuación se transcribe el artículo tal como apareció en el Brooklyn Eagle el 14 de junio:

Brooklyn Eagle, 14 June 1931.

Nicaragua’s Rebel Chief Battles for Mild Communism – Sandino Views Russian Brand as Too Violent – U.S. Marines’ Foe Has a Force of 4,000 Men, All Well Armed

   Tegucigalpa, Honduras, June 13 (AP)—A “softened” communism is the aim of Gen. Augusto Sandino, says Ramiro Molla Sanz, a Spanish explorer who has returned here after three weeks’ stay at the mountain headquarters of the Nicaraguan insurgent.

   Molla Sanz fell into the hands of a Sandinista band while he was making his way through Nicaragua as part of a walking journey from New York to Buenos Aires.

   Russian Type Too Vigorous. Escorted to the headquarters of the commander, he was received as a guest and given opportunity to learn much of the methods and objects of the Sandino campaign.

   “The Russian brand of communism is not to my taste,” Sandino told him. “It is much too agitated. I want a quiet Spanish communism, softened and made orderly.”

   In the Molla Sanz travel book, Sandino wrote sentiments which hailed the explorer as a brother and kindred spirit, and added:

   “Spain and Spanish America will yet communize the world.”

   Bloodcurdling Seal. This he signed and sealed with his personal seal, the design showing a Sandinista holding an American by the hair and cutting off his captive’s head.

   In the territory under his control Sandino is practicing the softened communism which he preaches to the mountain folk. The land belongs to the native, and every man must help his fellows.

   Molla Sanz said that the Sandino forces numbered 4,000 and were well equipped with rifles, machine guns, some bomb throwers, a few small cannon and three anti-aircraft guns.

   River Craft Abundant. They have plenty of river craft and maintain a line of communication from the headquarters in the Segovian Mountains to the mouth of the Coco River on the Atlantic.

   Short on Salt. Salt is the great lack in the Sandino commissary. Raids on towns generally yield other food supplies, but salt has been so scarce that several fights have taken place, just with the object of getting some.

   Leader Denies Being Wounded. Sandino himself was described as in good health. He denied that he had ever been wounded in the leg as had been reported. In fact, Molla Sanz said, the general seldom leads his men into battle, leaving that to the sub-commanders in charge of various columns.

   Sandino said he would keep up the fight even after the American marines are out of his country. He will seek to overthrow President Moncada and establish a national government based on his modified communism.

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Brooklyn Eagle, 14 de Junio de 1931.

Jefe Rebelde Nicaragüense Lucha por Comunismo Suave – Sandino Ve el estilo Rusa como Demasiado Violento – Enemigo de los Marinos Norteamericanos Tiene Fuerza de 4.000 Hombres, Todos Bien Armados

   Tegucigalpa, Honduras, 13 de Junio (AP)— Un comunismo “suavizado” es el objetivo del general Augusto Sandino, dice Ramiro Molla Sanz, un explorador español que ha regresado aquí después de una estancia de tres semanas en la sede de la montaña del insurgente nicaragüense.
   Molla Sanz cayó en las manos de una banda sandinista mientras él estaba caminando a través de Nicaragua, como parte de un viaje a pie desde Nueva York a Buenos Aires.
   Tipo Ruso Demasiado Vigoroso. Escoltado a la sede del comandante, fue recibido como invitado y se le dio la oportunidad de aprender mucho de los métodos y objetivos de la campaña de Sandino.
   “El estilo ruso del comunismo no es de mi gusto”, le dijo Sandino. “Es demasiado violento. Quiero un comunismo español tranquilo suave y ordenado”.
En el libro de viajes de Molla Sanz, Sandino escribió sentimientos que saludaron al explorador como un hermano y alma gemela, y añadía:
“España y América Española todavía tienen que comunizar el mundo."
   Sello espeluznante. Éste firmó y selló con su sello personal, el diseño que muestra un sandinista que sostiene un norteamericano por el pelo y le corta la cabeza a su cautivo.
   En el territorio bajo su control, Sandino está practicando el comunismo suavizado que él predica a la gente de la montaña. La tierra pertenece a los nativos, y cada hombre debe ayudar a sus semejantes.
   Molla Sanz dijo que las fuerzas de Sandino contaban con 4.000 y estaban bien equipadas con rifles, ametralladoras, algunos lanzadores de bombas, unos pequeños cañones y tres cañones antiaéreos.
   Embarcaciones Fluviales Abundantes. Tienen un montón de embarcaciones fluviales y mantienen una línea de comunicación desde la sede en las montañas segovianas hasta la desembocadura del río Coco en el Atlántico.
Escasez de Sal. La sal es la gran carencia en la comisaria de Sandino. Los asaltos a los pueblos generalmente dan otros alimentos, pero la sal ha sido tan escasa que varias peleas han tenido lugar, sólo con el objeto de conseguir un poco.
   Líder niega estar herido. Sandino mismo se describió como de buena salud. Él negó que alguna vez haya sido herido en la pierna como se había informado. De hecho, dijo Molla Sanz, el general rara vez conduce a sus hombres a la batalla, dejando eso a los sub-comandantes a cargo de varias columnas.
   Sandino dijo que iba a seguir luchando aun después de que los marinos norteamericanos estuvieran fuera de su país. Él tratará de derrocar al presidente Moncada y establecer un gobierno nacional basado en su comunismo modificado.

     It is noteworthy that Ramiro Mollá Sanz arrived in Sandino’s camp on April 10, 1931, just as the EDSN was in the midst of a major offensive into the zone around Puerto Cabezas in the Atlantic Coast region – the offensive in which Pedro Blandón was killed (April 13) and that prompted a major shift in US policy that no longer required US troops to “protect American lives and property” (April 16).  In the Marston Report, the young man J. A. Fagot accurately described the organizational details of the EDSN offensive of March-April 1931, as he learned these from Ramiro Mollá Sanz.  The same report indicates that Sandino had enlisted Mollá Sanz as a kind of informant on the behavior of EDSN troops.  Recall also that 31 March 1931 saw two highly significant events: (1) a major earthquake in Managua that killed upwards of 2,000 people, and (2) the murder of Moravian missionary Otto Bregenzer by Sandinista forces under General Pedro Blandón at Musawas on the Rio Biltigne.   ||   Cabe destacar que Ramiro Mollá Sanz llegó en el campamento de Sandino el 10 de abril de 1931, cuando el EDSN estaba en medio de una gran ofensiva en la zona alrededor de Puerto Cabezas, en la región de la Costa Atlántica – la ofensiva en la que Pedro Blandón fue asesinado (13 de abril) y que provocó un cambio importante en la política de Estados Unidos que ya no se requiere a las tropas estadounidenses para “proteger vidas y propiedades norteamericanas” (16 de abril) . En el Informe de Marston, el joven J. A. Fagot descrito con precisión los detalles de la organización de la ofensiva del EDSN de marzo-abril de 1931, como se enteró de estos de Ramiro Mollá Sanz. El mismo informe indica que Sandino había alistado Mollá Sanz como una especie de informante sobre el comportamiento de las tropas EDSN. Recordemos también que el 31 de marzo 1931 ocurrieron dos eventos muy importantes: (1) un gran terremoto en Managua en el que murieron más de 2.000 personas, y (2) el asesinato del misionero Moravo Otto Bregenzer por las fuerzas sandinistas al mando del general Pedro Blandón en Musawas en el Río Biltigne.

Comparing & Contrasting the Encounters of Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz   ||   Comparar y contrastar los encuentros de Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz

     I conclude this little interpretive foray by sketching the similarities and differences between these two episodes, and what those similarities and differences can tell us about how the political and military landscape in Nicaragua had changed from December 1927 to March 1931.  We begin with the similarities.  ||  Concluyo esta pequeña incursión interpretativa bosquejando las similitudes y diferencias entre estos dos episodios, y lo que esas similitudes y diferencias nos pueden enseñar acerca de cómo la panorama político y militar en Nicaragua había cambiada desde diciembre de 1927 hasta marzo de 1931.

     1.  Similarities.  The two episodes are marked by at least three significant similarities.  ||  1.  Similitudes.  Los dos episodios se caracterizan por al menos tres similitudes significativas.

(a)  Continental Walking Tours by Spanish-Speaking Adventurers, Each Carrying a Book of Signatures.  Most obviously, both episodes center on the recollections of men who embarked on months-long walking journeys across the length of the Americas – Flores walking from south to north, and Mollá Sanz walking from north to south.  It is unknown whether Mollá Sanz got the idea for his walking journey from My Hike by Augusto Flores, but we do know that Mollá Sanz embarked on his journey very soon after Flores’ book was published.  It therefore seems likely that the walking journey of Mollá Sanz was inspired by Flores’ journey.  It is also noteworthy that neither carried a passport but instead depended on their “book of signatures” for safe passage.  In the 1920s and 1930s, nation-states were only beginning to issue the kinds of standardized passports travelers routinely carry today.  ||  (a) Excursiones continentales a pie por aventureros hispanohablantes, cada uno llevando un libro de firmas.  La más obvia, los dos episodios están centrados en los recuerdos de hombres que se embarcaron en viajes a pie de muchos meses a través de todo lo largo de las Américas – Flores caminando de sur a norte, y Mollá Sanz caminando de norte a sur. No se sabe si Molla Sanz tenía la idea para su viaje a pie de My Hike por Augusto Flores, pero sí sabemos que Mollá Sanz se embarcó en su viaje poco después de la publicación del libro de Flores. Por lo tanto, parece probable que el viaje a pie de Mollá Sanz hubiera inspirado el viaje de Flores. También cabe destacar que no llevaba un pasaporte, sino que dependía de su “libro de firmas” para el paso seguro. En los años 1920 y 1930, los estados-naciones sólo estaban empezando a emitir los tipos de pasaportes estandarizados que los viajeros transportan rutinariamente hoy.

(b)  Dangers & Threats of Violence.  Both men walked into a dangerous and unpredictable environment and in so doing faced many dangers and threats of violence.  Flores walked north into Nicaragua from Costa Rica in the aftermath of a brutal civil war, when the Chamorristas were still trying to block or impede the proposed US-supervised elections of 1928.  Mollá Sanz walked south into the Western Segovias from Danlí, Honduras at the height of Sandino’s armed rebellion against the Nicaraguan government and the US Marines.  He also told the intelligence officer of the US Naval Intelligence Office that he felt “afraid” to continue with the Sandinistas after arriving in Cabo Gracias a Dios, bade his rebel hosts farewell, and headed north into Honduras.  ||  (b) Los peligros y las amenazanas de violencia.  Los dos hombres entraron en un entorno peligroso e impredecible, y al hacerlo se enfrentan a muchos peligros y amenazas de violencia. Flores se dirigió hacia el norte a Nicaragua desde Costa Rica a raíz de una brutal guerra civil, cuando los chamorristas aún estaban tratando de bloquear o impedir las propuestas elecciones supervisadas por los norteamericanos de 1928. Mollá Sanz caminó hacia el sur a Las Segovias occidentales desde Danlí, Honduras en la altura de la rebelión armada de Sandino contra el gobierno de Nicaragua y los marinos norteamericanos. También le dijo al oficial de inteligencia de la Oficina de Inteligencia Naval que se sintió “miedo” a continuar con los sandinistas después de llegar a Cabo Gracias a Dios, dijo adiós a sus anfitriones rebeldes, y se dirigió hacia el norte a Honduras.

(c)  Sandino’s Transnational Indo-Hispanicism.  In both cases, men whom Sandino would classify as “Indo-Hispanic” were welcomed into Sandino’s camps, even as other foreigners, especially US citizens, were being refused permission to enter or being killed by the EDSN.  The episode offers a powerful illustration of the international solidarity that Sandino and his cause were able to garner across much of the Atlantic world.  That the Sandinistas would welcome into their camps two wandering Spanish-speaking adventurers speaks volumes about the transnational inclusivity of this nationalist campesino rebellion — not unlike that of the Spanish Republicans in the Spanish Civil War later in the decade, or the Sandinista Revolution half a century later.  There are several accounts of what Sandino wrote in the “autograph book” of Ramiro Mollá Sanz.  According to the Naval Intelligence Report, Sandino wrote:  “‘The coming of Ramiro Mollá Sanz to our Cuartel General was not accidental’ —was the first sentence which was written then continued to say that he brought greetings from their Hispano brothers.”  According to the AP newspaper story, “In the Molla Sanz travel book, Sandino wrote sentiments which hailed the explorer as a brother and kindred spirit, and added:  ‘Spain and Spanish America will yet communize the world.’”  Spain occupied a special place in Sandino’s construction of the “Indo-Hispanic Race,” and it is likely that he did indeed see a “kindred spirit” in the Spanish adventurer, even as his troops were killing all US citizens they encountered, and German Moravian missionaries like Otto Bregenzer.  ||  (c) El Indo-Hispanicismo transnacional de Sandino.  En ambos casos, los hombres a los que Sandino lo clasificaría como “indo-hispano” fueron acogidos en campamentos de Sandino, así como a otros extranjeros, especialmente los norteamericanos se les niega el permiso para entrar o son matados por el EDSN. El episodio ofrece una ilustración poderosa de la solidaridad internacional que Sandino y su causa eran capaces de ganar una gran parte del mundo atlántico. Que los sandinistas reciban en sus campamentos dos aventureros errantes hispanohablantes dice mucho acerca de la inclusividad transnacional de esta rebelión campesina nacionalista – no tan diferente de los republicanos españoles en la guerra civil española, más adelante en la década, o de la Revolución Sandinista medio siglo más tarde. Hay varias versiones de lo que Sandino escribió en el “libro de firmas” de Ramiro Mollá Sanz. Según el informe de inteligencia Naval, Sandino escribió: “‘La llegada de Ramiro Mollá Sanz a nuestro Cuartel General no fue por casualidad – ” fue la primera frase escrita, luego continuó diciendo que él trajo saludos de sus hermanos Hispanos.” Según el artículo periodístico de AP, “En el libro de viajes Mollá Sanz, Sandino escribió sentimientos que saludaron el explorador como un hermano y alma gemela, y ha añadido: ‘España y la América española aún tienen que comunizar el mundo’.” España ocupa un lugar especial en la construcción de Sandino sobre la “raza indo-hispano”, y es probable que, efectivamente, vio un “alma gemela” en el aventurero español, incluso cuando sus tropas estaban matando a todos los ciudadanos estadounidenses que encontraron, y los misioneros moravos alemanes como Otto Bregenzer.

2.  Differences.  The differences between these two episodes are more striking and suggest some of the ways that the situation in Nicaragua had changed in just three short years.  Among the most prominent of these differences:  ||  2. DiferenciasLas diferencias entre estos dos episodios son más notables y sugieren algunas formas en que la situación en Nicaragua había cambiado en solamente tres cortos años. Entre los más destacados de estas diferencias:

a)  Manner of Entering Nicaragua and Encountering Sandino’s Troops.  In late 1927, Flores happened to stumble into Sandino’s troops.  As Flores told it, the encounter was entirely unplanned and serendipitous.  Mollá Sanz, on the other hand, entered Nicaragua more than three years later in a very different political-military context.  The situation was far more dangerous, and simply stumbling into Sandino’s troops was no longer an option.  The evidence suggests that Mollá Sanz arranged his journey into Nicaragua with Sandinista agents in Danlí, Honduras, before he set foot in Nicaragua.  During this period Danlí was a hotbed of Sandinista intrigue, with numerous EDSN agents stationed in the town.  General Francisco Estrada, mentioned in the May 1931 Naval Intelligence Report, was in Danlí during this period being treated by doctors for ulcers, according to Sandino.  All of this strongly suggests that Ramiro Mollá Sanz arranged with Sandinista agents in Danlí to have EDSN soldiers escort him to Sandino’s camp, at that time near the Río Cuá deep in the interior.  ||  a) Manera de entrar a Nicaragua y encontrar las tropas de Sandino.  A finales de 1927, Flores pasó a tropezar en las tropas de Sandino. Como dijo Flores, el encuentro fue totalmente imprevisto y fortuito. Mollá Sanz, por otro lado, entró Nicaragua más de tres años después, en un contexto político-militar muy diferente. La situación era mucho más peligroso, y simplemente tropezar con las tropas de Sandino ya no era una opción. La evidencia sugiere que Mollá Sanz arregló su viaje a Nicaragua con agentes sandinistas en Danlí, Honduras, antes de poner un pie en Nicaragua. Durante este período, Danlí era un hervidero de intriga sandinista, con numerosos agentes EDSN estacionadas en la ciudad. El General Francisco Estrada, mencionado en la informe de inteligencia Naval de mayo de 1931, estaba en Danlí durante este período porque estaba siendo tratado por los médicos para las úlceras, según Sandino. Todo esto sugiere fuertemente que Ramiro Mollá Sanz arregló con agentes sandinistas en Danlí para que los soldados del EDSN le escoltan al campamento de Sandino, en ese momento cerca del Río Cuá, muy en el interior.

b)  Liberals, Conservatives, and Civil War.  In Flores’ account we see the tumultuous aftermath of the 1926-27 Civil War between Liberals and Conservatives, with the Chamorrista Conservativees still in power and the US Marines stationed mainly in the Pacific Coast region.  Three years later, things had changed significantly.  In Mollá Sanz’s accounts, Chamorro and the Chamorristas are not mentioned and play no role.  By early 1931, the Guardia Nacional and US Marines had eliminated the Chamorrista threat, and the Liberal-Conservative conflict had been superseded by the fight between the Marines-Guardia and the Sandinistas.  ||  b) Liberales, Conservadores, y la Guerra Civil.  En el relato de Flores, vemos las consecuencias tumultuosa de la Guerra Civil de 1926-27 entre liberales y conservadores, con los Chamorristas todavía en el poder y los marinos norteamericanos estacionados principalmente en la región de la Costa Pacífica. Tres años después, las cosas habían cambiado significativamente. En los relatos de Mollá Sanz, Chamorro y los chamorristas no se mencionan y no juegan ningún papel. A principios de 1931, la Guardia Nacional y los marinos norteamericanos habían eliminado la amenaza Chamorrista, y el conflicto entre liberales y conservadores habían sido sustituido por la lucha entre los Marines-Guardia y los sandinistas.

c)  Intelligence Gathering by Both Sides.  Flores’s encounter with the Sandinistas was not only serendipitous but carried no further implications; the rebels did not use him to gather information, and he was not detained by the Marines or Guardia after leaving Sandino’s camp and continuing his journey north.  Mollá Sanz had a very different experience.  He not only had to prearrange his entry into Nicaragua, but both the Sandinistas and the Marines-Guardia tried to pump him for information.  According to the May 13 Naval Intelligence Report, Sandino sought to use Mollá Sanz to monitor and report back on the EDSN troops in the lower Río Coco.  After leaving Nicaragua, Mollá Sanz was interviewed by the US Office of Naval Intelligence and milked for information about the rebels – their locations, arms and ammunition, future plans, and so on.  The difference illustrates, among other things, how the conflict had transformed, sharpened, and polarized in three short years.  ||  c) Recopilación de inteligencia por los dos lados.  El encuentro de Flores con los sandinistas fue totalmente casual y sin más implicaciones. Los rebeldes no lo utilizaron para recopilar información, y él no fue detenido por los Marines-Guardia después de dejar el campamento de Sandino y continuar su viaje hacia el norte. Tres años después, Mollá Sanz tuvo una experiencia muy diferente. Él no sólo tenía que organizar de antemano su entrada en Nicaragua, sino tanto los sandinistas como los Marines-Guardia trataban de sonsacarle información. Según el informe de inteligencia del 13 de mayo, Sandino trataba de utilizar Mollá Sanz para monitorear e informar sobre las tropas EDSN en la parte baja del Río Coco. De hecho, parece claro que el viaje de Mollá Sanz abajo del Río Coco era autorizado por Sandino y que él era comisionado para servirlo como un especie de espía o informante. Después de salir de Nicaragua, Mollá Sanz fue entrevistado por la Oficina de Inteligencia Naval y ordeñado para obtener información sobre los rebeldes – sus localizaciones, sus armas y municiones, sus planes pare el futuro, y así sucesivamente. La diferencia ilustra, entre otras cosas, cómo el conflicto se había transformado, afilado, y polarizado en tres años cortos.

d)  Conflicts Internal to the EDSN.  Flores did not mention any conflicts internal to the EDSN.  Mollá Sanz, on the other hand, emphasized (to J. A. Fagot) that Sandino expressed considerable concern about maintaining his authority and control over his troops on the Lower Río Coco, and asked Mollá Sanz to act as a kind of internal spy and report back to him on the activities of his troops (“Sandino directed Sanz to keep an eye on Blandon and Cockburn and Rivera, during the course of their operations in the Coco River and near Puerto Cabezas”).  By early 1931, the rebellion had expanded significantly, and Sandino was compelled to spend considerable time and effort smoothing over conflicts between his officers, imposing his authority, and maintaining control over rebel bands stretching from one side of Nicaragua to the other.  In short, both sides sought to use Mollá Sanz to gain valuable intelligence, and both partially succeeded.  The case of Ramiro Mollá Sanz demonstrates, among other things, that by 1931 there was, and could be, no “neutral” ground in this fight, and that both sides sought to utilize whatever resources they could to gain advantage over their adversaries.  ||  d) Conflictos internos al EDSN. Flores no mencionó los conflictos internos a la EDSN. Mollá Sanz, por su parte, hizo hincapié en (a J. A. Fagot) que Sandino expresaba gran preocupación por mantener su autoridad y control sobre sus tropas en el Río Coco abajo, y pidió a Mollá Sanz para actuar como una especie de espía interno e informarle sobre las actividades de sus tropas (“Sandino dirigió a Sanz para mantener un ojo en Blandon y Cockburn y Rivera, durante el curso de sus operaciones en el Río Coco y cerca de Puerto Cabezas”). A principios de 1931, la rebelión se había ampliado significativamente, y Sandino fue obligado a gastar mucho tiempo y esfuerzo para suavizar los conflictos entre sus oficiales, imponiendo su autoridad y mantener el control sobre las bandas de rebeldes que se extiende desde un lado de Nicaragua a la otra. En definitiva, ambos lados trataban de utilizar a Mollá Sanz para ganar información de inteligencia valiosa, y ambos lo lograron parcialmente. El caso de Ramiro Mollá Sanz demuestra, entre otras cosas, que en 1931 no había, y no podría haber, terreno “neutral” en esta lucha, y los dos lados trataban de utilizar cualquier recurso que pudieron para ganar ventaja sobre sus adversarios.

In the end, these documents raise far more questions than they answer, including:  ||  Al final, estos documentos plantean más preguntas que respuestas, que incluyen:

  What happened to the “autograph books” of Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz?  ||  ¿Qué pasó con los “libros de autógrafos” de Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz?

  How long did Mollá Sanz spend with Sandino’s men?  The Estampa article doesn't say; the AP story says he spent three weeks in Sandino’s main camp; the Marston Intelligence Report says he spent two and one-half days.  How long was he in Nicaragua, where was he, and who did he meet, in addition to those mentioned in these sources?  ||  ¿Cuánto tiempo pasó Mollá Sanz con los hombres de Sandino?  El artículo en Estampa no dice; el relato de AP dice que pasó tres semanas en el campamento principal de Sandino; el informe de inteligencia de Marston dice que pasó dos y medio días. ¿Cuánto tiempo estuvo en Nicaragua, donde estaba, y quién conoció, además de los mencionados en estas fuentes?

  Why does neither name (Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz) appear in any extant EDSN correspondence?  ||  ¿Por qué ni nombre (Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz) no aparece en toda la correspondencia existente del EDSN?

  Did Mollá Sanz ever write the book he was contemplating?  Did he produce any other works?  ||  ¿Escribió Mollá Sanz el libro que estaba contemplando? ¿Se produjeron otras obras?

  Regarding the Estampa article, what was happening in Spain at the time that might prompt the editors to publish the article?  We know that in April 1931 the Spanish monarchy was forced by popular protests to accept a constitutional republic, thus dampening press censorship and making possible sympathy-garnering articles like Mollá Sanz's.  In these years before the Popular Front strategy of the European left (in response to the growth & consolidation of fascism), invisible bonds of ideological affinity brought together Europeans, Africans, and Americans in new and potentially subversive ways.  ||  En relación con el artículo en Estampa, ¿lo que sucedía en España en el momento que pudiera incitar a los editores a publicar este artículo sobre Sandino? Sabemos que en abril de 1931 la monarquía española se vio obligada por las protestas populares a aceptar una república constitucional, aligerando así la censura de prensa y haciendo posibles artículos propagandistas como el de Mollá Sanz. En estos años, antes de la estrategia del Frente Popular de la izquierda europea (en respuesta al crecimiento y consolidación del fascismo), lazos invisibles de afinidad ideológica reunieron los europeos, africanos y americanos en formas nuevas y potencialmente subversivas.

  To what extent were the allegations of J. A. Fagot regarding Abraham Rivera, Adolfo Cockburn, and other Sandinista leaders accurate?  This leads us into many related lines of inquiry beyond the scope of this little essay – although it does appear that Fagot was very well informed about the main events and principal people involved.  ||  ¿Hasta qué punto eran las alegaciones de J. A. Fagot respecto a Abraham Rivera, Adolfo Cockburn, y otros dirigentes sandinistas exactas y fiables? Tales preguntas se llevaría muchas líneas de investigación afines más allá del alcance del ensayo presente – aunque sí parece que Fagot estaba muy bien informado sobre los eventos y las personas principales.

     In sum, these two forgotten episodes deserve to be rescued from the dustbin of history, and suggest some of the principal ways that the political and military landscape in Nicaragua had changed in the three short years from late 1927 to early 1931.  Readers with additional insights into these episodes or the many questions they raise are encouraged to be in touch.  ||  En suma, estos dos episodios olvidados merecen ser rescatados de la obscuridad de la historia, y sugieren algunas de las principales formas en que el panorama política y militar nicaragüense había cambiada en solamente tres años desde finales de 1927 hasta principios de 1931. Los lectores con interpretaciones o puntos de vista diferentes sobre estos episodios y las preguntas que se los plantean, o más información sobre los caballeros andantes Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz, se les anima a ponerse en contacto con el aut


     POSTSCRIPT.   The page concludes with an expression of gratitude to Sra. Yolanda Mas Rivas, who found this web page, sent me a message, and after some correspondence, in April 2016 sent the wonderful photograph of her ancestor Ramiro Mollá Sanz, reproduced below.  ||  POSDATA.  Esta página concluye con una expresión de agradecimiento a la Sra. Mas Yolanda Rivas, quien encontró esta pagina web, envió un email, y después de un intercambio de correspondencia, en abril de 2016 amablemente envió al fotografía maravillosa de su antecesor Ramiro Mollá Sanz, que se reproduce a continuación.

 

The text here is transcribed below:

      "Después de haber recorrido toda América, desde Alaska a Cabo de Horn, o sea toda América del Norte, Central y del Sur, se propone ahora visitar toda España, en viaje de comparación en pro del Turismo Español, al mismo tiempo darí conferencias culturales a los niños de las Escuelas. Ultimamente ha recorrido las Islas Canarias.
     "Ha convivido con las tribus indígenas de América a través de las diferentes selvas que pueblan todos esos países. Fué prisionero de las fuerzas sandinistas, estando a punto de tomarlo por norteamericano y habia de ser decapitado; una vez identificada su persona fué declarado huésped de honor de las fuerzas que acaudillaban el rebelde nicaragüense.
     "A su paso por SAN LORENZO DE ESCORIA (Madrid, ha dado detalles de . . . "

     It is fascinating to learn, after writing this essay, that Mollá Sanz's own account directly contradicts one of my interpretations:  that he arranged for passage to Las Segovias from Danlí, and was safely escorted to Sandino's camp.  Here he says he was taken prisoner, mistaken for a North American, and almost decapitated before being welcomed as a "guest of honor".  So maybe he did simply stumble into one of Sandino's camps, even though that still seems pretty unlikely in early 1931 . . . . I wonder . . . .

 

Photograph of Ramiro Mollá Sanz thanks to the kind courtesy of Yolanda Mas Rivas de España.

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